
Entrevista a Mn. Felipe Simón en nuestra revista parroquial.
Lola Martos . Mar i muntanya
¿Se puede presentar?
Me llamo Felipe Simón y desde hace diez años soy párroco en Sant Sebastià, parroquia muy sencilla y humilde en un barrio de la periferia de Badalona.
¿Qué es una oración de sanación?
Es cualquier oración de las establecidas por la Iglesia: un rosario, una adoración, una misa o un viacrucis, mediante la cual le pedimos al Espíritu Santo que realice una curación física, una sanación espiritual y una conversión del corazón. Si el sacerdote en esa oración pide de una manera especial la acción del Espíritu Santo para ese fin o el fiel es consciente de que el Señor le puede curar en ese momento, entonces esa oración deja de ser una oración normal para serlo de sanación.
¿Por qué es tan importante la sanación?
La sanación es crucial, es muy necesaria. Si la gente no cree más es porque está muy herida. Estamos en una sociedad enferma, y esas enfermedades impiden que las personas experimenten el amor de Dios, por eso primero hay que tocar, sanar esas heridas a través del bálsamo, del ungüento del perdón.
¿Del ungüento del perdón?
Para sanar, primero hay que perdonar, hay que hacer las paces con Dios, con los que nos rodean y con nosotros mismos para que el Espíritu Santo pueda entrar en nosotros. Uno de los impedimentos que tiene Dios para podernos sanar es nuestro rechazo a perdonar.
¿Por qué unas personas sanan y otras no?
Uno de los grandes sacerdotes que tuvo este ministerio de sanación fue el padre Emiliano Tardif, él también se hacía esta pregunta. El padre Tardif poseía un don muy fuerte, tanto que en sus misas sanaba mucha gente, pero después algunos enfermaban de nuevo porque no había habido una conversión del corazón, no habían reconocido a Jesucristo como su Señor. La sanación física exige por parte del creyente el reconocimiento del autor de esa sanación, que no es el sacerdote ni la oración en sí, sino Dios. Reconocerlo a Él significa seguir sus mandamientos y cumplir con los sacramentos: eucaristía y confesión, porque ahí es donde el Señor no solo sana, sino que mantiene esa sanación.
¿Por qué la Iglesia ya no ofrece las oraciones de sanación? ¿Podría ser este el motivo de que muchas personas busquen la sanación en la Nueva Era?
Mucha gente cae en la Nueva Era por nuestra indiferencia, por nuestra indisciplina y por nuestra mediocridad espiritual, porque no creemos realmente en la acción del Espíritu Santo, en la acción de Dios, en los sacramentos, en la oración, en la Iglesia; y como nosotros no creemos, no lo ofrecemos a la gente, y la gente lo busca fuera de la Iglesia, en el yoga, en el reiki… y esto es peligrosísimo porque ahí no está Dios. Es importante que como católicos ofrezcamos el poder de los sacramentos y de los sacramentales.
¿El Espíritu Santo sigue estando presente hoy?
Claro que sí, está presente hoy más que nunca, yo lo noto con mucha fuerza, quiere derramarse, pero necesita nuestro sí, nuestro pequeño sí. Dios, que nos creó sin nuestro consentimiento, no quiere salvarnos, no quiere santificarnos sin nuestro sí.
Gracias, padre Felipe, por acercarnos a Dios a través de sus palabras y de su sacerdocio.