En la jornada de visitadores voluntarios de la Pastoral de la Salut pudimos aprender el «AEIOU» del acompañamiento a los familiares. Fue en el Obispado de Sant Feliu, el 11 de noviembre, donde nos reunimos un centenar de voluntarios con la psicóloga Clara Gomis Bofill y aprendimos que hemos de: Acompañar yendo a buscar el otro allí donde está sufriendo para ofrecerle nuestra disponibilidad. Escuchar las palabras, pero también los silencios y los gestos, procurando que sientan que puede confiar en nosotros y permitiéndoles que pongan en orden sus emociones. Inspirar, ya que para ellos somos soplo de aire fresco que contribuimos a aligerar su carga. Saben que no están solos y se reaviva la esperanza. Obrar: ¿Qué puedo hacer?, ¿Cómo te puedo ayudar? Es tan necesario atender las necesidades físicas como las espirituales, lo importante es hacer las cosas con amor y por amor. Contribuir a la Unión familiar sin tomar partido, con comprensión y respetando siempre la confidencialidad.
Mons. Agustí Cortés, en la presentación, explicó que las enfermedades son una situación límite en la que, tanto el enfermo como los que le rodean, destapan su corazón. Se trata de historias de delicadeza, amor activo y sacrificio en las que se despierta toda la fuerza compasiva del espíritu de amor cristiano.
Sufre el paciente pero también sufre la familia (tristeza, soledad, ansiedad, depresión, impotencia, vergüenza, sentimiento de culpa…). Así, los voluntarios son personas que Dios ha puesto en el camino de esos familiares para recordarles que no están solos, que el Señor los acompaña. Haciendo así presente el amor solícito de Dios y transmitiendo quién y cómo es Él.